Nadie me lo preguntó y no sé como o por qué fuí nominada para esta
travesía infernal.Solo se que 1
día aparecí aquí en medio de este mar llamado
CANCER. Estaba sola,desnuda,sin nada en mis manos.Grité,lloré y nadie
respondió; fueron tantas las preguntas que golpearon mi mente!! ¿por que yo? ¿por que a mi? ¿que hice mal?. Estaba tan desesperada que
pataleé, agité mis brazos al infinito y solo
conseguí hundirme una y otra vez por miles de veces.
Paso mucho tiempo, no se cuanto en esa situación, adonde mirara veía la NADA, solo el mar y un solo fin; las profundidades de ese mar. De pronto, en una noche muy oscura, apareció una lucesita muy pequeña y débil y me dijo:-"Me llamo esperanza y vengo a ti porque se me necesitarás"
Me dijo también que aunque me costará debía dejar de patalear, de dar brazadas sin ton ni son porque lo único que conseguiría sería apagar ese pequeño fuego, pero si yo lo mantenía en alto y lo cuidaba y no permitía que ese mar lo extinguiera, se daba a mí. Si yo ponía todo de mi parte por salir y hacía que ella creciera dentro de mi cada vez más, de llamarse esperanza pasaria a llamarse FE y siendo fe alumbraria mi camino para lograr salir de ese mar y que siempre, mientras la mantuviera a mi lado, todo seria mas facil de lograr. Me dijo que en este mar habian unas tablas para apoyarme, que ya me las habian mostrado pero que yo creia que no podian hacer nada por mi. Me dijo: ¡Tomalas, ellas por si solas no pueden hacer nada por ti, pero si tu las vas tomando de a una y las juntas conmigo, que soy aun chiquitita y me llamo esperanza, podemos ayudarte en la primera etapa.En la segunda parte estaré un poco mas grande y te será más facil aunque será diferente. Si tu quieres que siga creciendo pasaré a llamarme fé y de ahi en adelante no te preocuparás más porque estarás confiada. Vendrá una tercera parte en la cual no lo pasarás tan mal como en las anteriores etapas porque yo tendre fuerza suficiente para que tú creas que lo puedes lograr. En la cuarta etapa verás que todo ha resultado porque ya no me dejarás ir de tu corazón y cada vez sere más y más grande.
Tengo que decirte que desde el primer momento que llegaste aqui tienes un salvavidas puesto pero con todo lo que te ha pasado ni siquiera lo has notado ¿Cómo crees que aún te mantienes a flote mientras hablamos?
YO -Tengo miedo!
ESPERANZA - Todos la tienen!
YO -Me siento sola!
ESPERANZA - Nolo estás. Habre tus ojos y mira más allá de ti.
YO -Podré nadar?
ESPERANZA - Si lo quieres, SI... yo iré contigo.
YO - Llegaré?
ESPERANZA - Si me cuidas lo lograrás.
YO - No tengo nada para salir de aqui.
ESPERANZA - Tienes 4 tablas, me tienes a mí y tienes un salvavidas el cual todavía no ves.
YO -Realmente me serviran?
ESPERANZA - Tenme a mi para empezar. No te mentire, serás probada al máximo en tu valor, en tu templanza, en tu paciencia y aun más, cuando yo ya me llame fé tambien seré probada para saber si aun quieres seguir nadando. Una cosa más, sucederán muchos cambios en tu espíritu, en tu mente y en tu cuerpo, pero mientras más dificil se te haga seguir nadando hazme crecer más en tí y yo te haré las cosas más fáciles, no digo que no estarán, digo más fáciles.
YO -¿Cómo sabré elegir las tablas correctas?
ESPERANZA - En este mar no hay más tablas que esas. Las tuyas son 4, para algunos son menos y para otros más. Ellas se llaman:cirugía, quimioterapia, radioterapia y hormonoterapia.
Te subes a cada tabla y no te olvides de subirme a mi, yo estoy a tu lado pero no hago nada por mí misma si no me lo indicas tú.Ahhhhhhh recuerda que tienes un salvavidas.
YO -¿Donde? No lo veo.
ESPERANZA -Ya llegará el momento porque para eso tienes que descubrirte a ti misma y haberme hecho crecer dentro de ti hasta que sea llamada fe, porque sin mi es imposible descubrir el salvavidas.
YO - Cual es el motivo para que yo esté aquí?
ESPERANZA -Porque sabemos que tu lo puedes lograr y saldrás más fortalecida para seguir enfrentando otros mares.
YO -Y ¿para adonde empiezo a nadar?
ESPERANZA -Aunque todos digan lo contrario tu nada, nada y nada sin mirar atrás hacia tu nueva vida.
Sin más que la esperanza en mí empecé a nadar, me sentía tan chiquitita, sin fuerzas, aterrada y sola, pero la esperanza siempre me hablaba al oído: ¡Vamos,tú puedes! ¡Sigue, lo lograrás! Yo iba adelante poniendo todo de mí, no quería quedarme en ese mar, quería llegar a puerto ¡Como fuera! En el camino perdí parte de mi cuerpo, quedé sin cabellos, sin cejas ni pestañas, perdí la fuerza de mi brazo pero de tanto nadar y nadar la fui recuperando con el tiempo, aún no está a un 100% ni como era, pero ahi esta cada vez con má fuerzas. A medida que avanzaba e iba creciendo la esperanza en mi iban sucediendome cosas extrañas en mi cuerpo las cuales a la vez forjaban mi espiritu. Yo me decia constantemente: Una cosa por otra pero aunque pierda algunas iré descubriendo las mejores para mi. ¡Cuantas veces me hundí! A veces me hundía más que otras pero, aunque tenía que poner doble esfuerzo, siempre salía a flote. Generalmente lograba flotar por largo tiempo, otras por muy poco, pero las más de las veces nadaba y nadaba. Pasé por partes llamadas desesperanza y quería soltar mis tablas y dejarme hundir. Parece que me perdí porque dí muchas vueltas por el temor y la Esperanza me daba su mano y volvía al rumbo fijo.
Esto era una verdadera posta, aunque en este mar íbamos muchos, yo luchaba contra una sola persona: contra mi misma. Y cada vez veía como la Esperanza crecía y crecía; empecé este viaje de noche y ¡Estaba tan oscuro! Pero de a poco comencé a vislumbrar el tímido sol que empezó a asomarse. A medida que avanzaba me dí cuenta que ya no estaba tan cansada, mientras más nadaba más liviana y con fuerzas me sentía y fué ahí que me dí cuenta el por qué: Esperanza ya había crecido y ahora se llamaba Fé.Desde ahí en adelante mi nado no se hizo más fácil pero sí menos difícil. ¡Es raro! ¿Verdad? Bueno eso fue lo que me enseñó la fé. Mi único norte era seguir nadando hasta mi destino, en eso estaba cuando de a poco me miré a los ojos cuando los tenía desnudos, cuando en mi cabeza no había un solo pelo que enmarcara mi faz, cuando miré lo que yo tenía dentro de mí, que no lo había visto antes pero comprendi que siempre había estado ahí, me mantuvo a flote, me sacaba del fondo. Ahhhhhh ¡ese era mi salvavidas! Al fin lo ví, y sabiendo que estaba en mí ya me fue muy fácil seguir nadando. En el camino hice muchoss más descubrimientos, como el que el salvavidas de repente permitía que me hundiera solo por momentos y lo hacía para que crecieran mis fuerzas y la necesidad de tomarme firmemente de él, que le demostra que tenia puesta mi confianza en él y seguir nadando en este mar que no conocía.
Ese salvavidas se llama Jesús, siempre está en nosotros y con nosotros pero hay un momento justo en que lo descubrimos y es cuando ya no tenemos nada en esta vida y solo nos quedamos nosotros mismos y nos miramos dentro como buscando ese auxilio, lo descubrimos porque él es fiel a su palabra y nos ha dado el libre albedrio, está ahi siempre pero esperando nuestro llamado.
Gracias a la fé pude descubrir a Jesus y a creerle, hoy después de mucho tiempo en ese mar tormentoso estoy aqui parada en la otra orilla de mi nueva vida, bajo el sol de su mirada y con mucha fé en mí corazón para continuar ahora el camino de regreso a mi hogar.
Ahora miro este mar tan lleno de personas que tratan de mantenerse a flote, otros se hunden y vuelven a aparecer pero hay más que se hunden y nunca más vuelven a flotar, ¡se hunden para siempre!. Muchos desaparecieron porque no alcanzaron a que esa pequeñita llama de esperanza que nos dan a todos al empezar esta travesía se convirtiera en fé y no vieron que estaban rodeados de un gran salvavida y veo a muchos que no nadan estando a centímetros de la playa, se rinden, se dan por vencidos !faltándoles tan poco!. Otros se ahogan en la misma orilla y no se dan cuenta que ya quedó muy atrás la profundidad del mar ¡pero no se paran! y si lo hubieran hecho se habrían dado cuenta de que ya habían llegado hasta un punto en que el agua de este mar sólo les llegaba hasta los tobillos, pero ellos siguieron pensando en que las profundidades los envolvian y se hundieron allí.
No fué fácil esta travesía pero puedo decir con mucha humildad que la pude pasar, gracias a mi salvavida que desde el principio estuvo en mi, a la esperanza primero y a la fé despues, a mis 4 tablas, a los que me aman, a los médicos, a las oraciones de mis hermanos y a muchos otros que estuvieron allí. Pero el único y gran esfuerzo lo tuve que hacer por mi misma, ni Jesús, ni la esperanza, ni la fé, ni nadie pudo hacerlo por mi hasta que yo me decidí a avanzar, ahi todos corrieron en mi ayuda. Es cuestión de dar la primera brazada, la cual siempre la darás sola porque debe ser así pero de ahi en adelante aférrate a Jesús, tu salvavidas con toda tu fe, y ayúdate con las tablas, (el tratamiento).
Jesús está siempre esperando nuestro llamado.